jueves, 5 de julio de 2007


Adiós a Kity Cangas en Somió Hija del fundador de la Falange en la ciudad de Gijón y mujer que marcó una época, falleció a los 87 años el dia 20 de Junio del 2007



A los 87 años falleció el miércoles Cristina Cangas Suárez-Pola, conocida como Kity Cangas, una de las más relevantes figuras del Gijón de su tiempo. En los últimos meses había sufrido un empeoramiento físico que, según sus allegados, no mermó en nada su ánimo y vitalidad. La hija del fundador de la Falange en Gijón, Enrique Cangas, es recordada con cariño por sus conocidos. Soltera, pero siempre rodeada de primos, sobrinos y muchos amigos, Kity Cangas era una persona simpática, amena y avanzada para su tiempo. Como recordaba ayer la alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, que mantenía una afectuosa relación con «Kity Cangas», cuando ambas eran las únicas mujeres que se distinguían por sus peripecias en Vespa.

Kity Cangas perteneció a la Sección Femenina y fue de las primeras mujeres en jugar al tenis, esquiar y hacer natación, deporte en el que ganó alguna competición en su etapa más juvenil; pero sus allegados siempre la recordarán como «la de la Vespa». Esa joven que bajaba de Somió a Gijón en moto, una de las primeras que circuló por la ciudad, para ir a la playa.

«Activa y dinámica», dicen de ella los que la conocieron, nunca se significó públicamente a nivel político, pero siempre dignificó la figura de su padre, Enrique Cangas, fundador de la Falange en Gijón, que falleció en agosto de 1936, semanas después de iniciarse la guerra, tras caer herido en una batalla en Oviedo.

En los últimos años Cristina Cangas sufría una enfermedad de los huesos que la había postrado en una silla de ruedas. José Rubio, amigo desde hacía más de una década y que cuidaba tanto de la ganadería como de la propia Cristina Cangas, admira «su capacidad de superación. Nunca bajó el ánimo ni perdió la alegría, aunque la enfermedad le había mermado los movimientos». El pasado mayo todavía celebró su cumpleaños. «Era muy religiosa y ahora ya no podía ir a misa, pero el cura de Somió iba a su casa todos los jueves. Eso la reconfortaba», dice Rubio. La parroquia de Somió la despidió el Viernes 22 de Junio en un funeral que se ofició al mediodía.

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